lunes, 30 de abril de 2012

Bitácora del Candombero, lunes 30 de abril del 2012


Brother, hoy escuche esa canción que repetías constantemente cuando éramos adolescentes. Hace 10 años-más o menos-te acuerdas?
Sabes? han pasado 10 años desde aquella adolescencia, en las épocas cuando nos creíamos reyes del mundo y cuando pensábamos que el futuro sería muy lejano y decíamos: como seremos cuando lleguemos a los 20 o 22 años.
Yo no se, pero ¿recuerdas a Sara? Ella también era de escuchar a los R way-para esa época estaban de moda-pero por alguna razón no eran de mi agrado. Creo que allí empecé a “odiar” lo actual y moderno.
Hasta hace una semana, había echado al olvido  aquella época. Todavía recuerdo una tarde de verano donde tenia una cita con ella y por culpa de la lluvia no pude ir. Cada vez que quiero recordar mi adolescencia, siempre veo lluvia y cielo gris como la “panza de un burro”
Fue una gran adolescencia la del 2002 en adelante. En aquella época, éramos “cachimbos” en el San Juan. No entendíamos el mundo, tu como siempre con la moda y yo algo retrasado de la actualidad. Aun recuerdo que cuando estabas en el cole siempre me comentabas: ya va a venir mi viejo. Hasta que una mañana de invierno, mucho tiempo después, llego.
Viejo, porque no podemos retroceder el tiempo?, por que la vida se esfuma rápido? Porque mierda se nos fue de las manos esas épocas de crecimiento y de ilusiones de nuestro futuro y de sueños para cada una de nuestras vidas?
Las tardes de mataperradas ahora han pasado al olvido. Uno de los 3 todavía vive en el barrio, yo te ayude a mudar tus cosas hace más de un año y yo todavía en la misma casa de siempre.
Los domingos tienen un sabor distinto a diferencia de hace más de 10 años. Las tardes de los días son otras a diferencia de las que nosotros salíamos a jugar un buen fulbito o “hacer hora” como siempre.
Hoy recorro el barrio con otros ojos, veo gente que antes era joven y ahora son mayores. Niños que ahora son adolescentes y que hacen lo mismo que hacíamos cuando adolescentes. Y me hacen añorar aquellos viejos momentos de libertad.
Trato de ser fuerte para no recordar con tristeza pero me gana la emoción. En increíble saber que ahora cada uno esta con su vida hecha y derecha. Aquellas ilusiones de adolescentes se han vuelto realidad y se han plasmado en la vida de cada uno.
Tengo en la mente la bendita canción que repetías cada vez que nos encontrábamos para ir al colegio. Fue y es la mejor época de la vida y estoy contento de haberla pasado con un gran amigo, envidio esa fortaleza que tienes y que te ha ayudado a salir adelante ante la adversidad.
Viejo, es un honor siempre vernos y conversar de lo que hemos hecho.
Viejo, eres lo máximo y gracias por ser mi amigo, que digo amigo… mi hermano.
Ojala la próxima vida, podamos volver a vernos y ser amigos y hacer las mismas idioteces de siempre.
Y a lo lejos se escuchaba una voz cantar: si no te tuviera voz, como costaría sobrevivir….

martes, 17 de abril de 2012

Bitácora del candombero, martes 17 de abril de 2012.


Hoy me toco ir a clase, una de las últimas que me toca en este año. El ciclo ya concluye, la vida de universitario-y sobre todo de alumno-se termina y ya se siente el aroma de adiós, aquel que solo se huele y se siente cuando ya estas a punto de irte.
Era martes por la noche y como siempre tocó revisar y hacer los papeles que sirven para poder sacar el tan ansiado bachiller. Primero recoger una constancia de curso, luego una carta de presentación para un curro (por curro entiéndase, trabajo) que me haría valer como practica en empresa y luego el trato que te dan, ya no como alumno sino como semi profesional.
 Cuando inicie la carrera, se me hizo fácil. No hubo brecha o choque que otros sufrieron y que dejaron la universidad o se cambiaron de carrera. Pero me di cuenta que hasta el V ciclo, el trato entre de profesor y alumno era normal.
Profesor, mañana le presento el informe. Ya hijo, pero con menos nota. Ahora en el X ya no existe le presento mañana, tan simple porque ya no le ves sino hasta la otra semana. A tan solo tres cursos a la semana, uno ya se siete raro y hasta dice: ¿porque ir a la universidad? Si solo llevas 3 cursos. Y de esos tres, dos son de ir solo por cumplir mientras que uno si es importante.
Antes, salías de la universidad y lo que hacías era o bien ir de farra o llegar a tu casa a ver televisión. Pero ahora, sales de clase y no puedes ir de farra porque mañana en la mañana tienes que ir al curro. Ya no puedes llegar a ver televisión porque sabes que tienes que avanzar tu tesis o el trabajo que ha quedado para casa.
Aunque por otro lado, el sentimiento que ya eres un profesional te hace tener fuerzas y te motiva a seguir-en plan de avance-hasta llegar a que Lu Castañeda te diga: “dígame; licenciado…” no habrá otra satisfacción que te digan Licenciado.
Hasta el momento, a seguir estudiando hasta el día de la graduación.

viernes, 13 de abril de 2012

Bitácora del Candombero, viernes 13 de abril del 2012:

Hoy, parecía ser un viernes cualquiera y como tal despertamos temprano con la ilusión de salir con destino a aquel campo santo donde reposan los restos de dos de los seres queridos más importantes que marcaron mi vida.

Todavía recuerdo aquel martes 13 de abril de hace dos años atrás, cuando en pleno momento de clase una llamada telefónica confirmaría el sueño que tuve aquel sábado anterior. El dolor aquel momento era indescriptible, saber que la ultima persona en este mundo a la que llamaba abuela se había marchado para siempre. Todavía me parece recordar cada anécdota que pasábamos cuando estabas con nosotros.

Hoy, que pasaron dos años, aún recuerdo las tardes sabatinas soleadas cuando de niño vivíamos momentos alegres a lado de mis dos abuelos. Es increíble saber que gracias a un programa de televisión puedo recordar algo de mi infancia y de cuando estaba mi madre, mis tíos y mis abuelos.

Recorriendo cada una de las partes de la casa donde vivieron, me pongo a pensar: “si estas paredes hablaran… ¿que me contarían?” aunque mi madre no lo cree, las risa del Chompiras me hace recordar cuando mi abuelito se reía por alguna gracia que conversaban. Una de mis sobrinas también recuerda a mi abuelito, cuando él la llevaba a cambiar sus moneditas y cuando compraban sus panes y llegaban a casa comiéndose los panes para el lonche que haría mi abuelita.

Por alguna razón, los sábados soleados del 2012 me gustan. Me llenan de recuerdos, siento que vuelvo a se niño y me parece escuchar que mi mamá me dice: “Beto; nos vamos a la Tita”

En estos momentos estoy escuchando al Chompiras, y cada una de sus canciones, palabras y muchos otros aspectos me hacen recordar las tardes tranquilas que pasábamos.

Quiero creer que mis abuelos se llevaron un grato recuerdo de nuestra parte, siempre hicimos lo posible por portarnos bien. Además mi madre siempre nos cultivo el respeto y amor a los familiares mayores.

Hoy, dos años después, recordamos tu partida Tita. Y al mismo tiempo recordamos siempre la partida del abuelito Humberto…y siempre el recuerdo de sus personas estará presente en cada uno de nosotros y siempre tendremos el mejor recuerdo.

Ojala, ojala que en la próxima vida nos volvamos a ver y estemos todos juntos y nunca; nunca nos separemos.

Gracias por ser mis abuelos y gracias por darle la vida al ser humano que me motiva y al quiero con todas mis fuerzas: mi madre.