Siempre
me ha interesado el tema de la radio y me ha parecido que es un mundo mágico e increíble,
donde te permite soñar e imaginar con solo escuchar la voz y los sonidos que se
hacen en una cabina de audio.
Cuando
salía-ya a veces cuando salgo de viaje-me doy un tiempo para primero conocer a
la gente, sus costumbres, a que se dedican, que piensan y otras cosas. Luego de
haber conocido más o menos a los pobladores, me pongo a escuchar radio. Si es
posible puedo pasar todo un día entero escuchando radios locales donde me
encuentro.
Hasta
hace mucho, si quería escuchar alguna radio del Ecuador tenia que poner mi
Discman en los 600 AM y empezar a escuchar la señal-entre nítida y lejana-de
radio Sucre de Guayaquil.
Cuando
me tocó ir al norte, escuchaba radios del Ecuador desde la ciudad de El ñuro, en
la provincia de Talara. Y es algo maravilloso el tema de la radio extranjera.
Me
parece que los ecuatorianos y los colombianos, aplican más el tema de la
imaginación, permitiendo que la radio se un motor para generar imágenes en cada
uno de nosotros, de esta manera estimulan la imaginación de sus radio escuchas.
En
nuestro país, las radios solo son meros emisores de música y narración de
noticias, dejando de lado el estimulo de la imaginación para los narradores
deportivos, los cuales dibujan al oyente el terreno de juego. Pero, ¿los demás
programas radiales?
No
sé que, pero algo tiene la radio norteña que te invita a escucharla a cada
momento. En el norte la radio tiene un sonidito especial que enamora y además
el discurso que tienen los ecuatorianos y colombianos es mucho muy distinto a
diferencia de nosotros.
Si
hablamos del sur sus emisoras son más serias, al mismo tiempo por ser parte de
su naturaleza (se dice que el norteño es más cálido que el sureño) y es más, la
imagen mental que tengo cuando escucho una radio sureña, es con un clima de frio,
frio normal que se siente en la zona sur de la región sudamericana.
Más
en el norte cuando recuerdo una emisora norteña, la imagen mental de playa,
sol, arena y de bellos atardeceres se posa en mi mente.
Son
maneras distintas de ver la vida, a través de un aparato-al cual le tengo tanto
cariño-como es la radio.
Épocas
aquellas; las de las radio novelas. Cuando se escuchan en casi muchas de las
radios de años pasados y te trasportaban a un mundo de imaginación. Si tan solo, las emisoras del país, retrasmitieran
radio novelas, otra historia sería.
Mientras
tanto a seguir admirando a las emisoras norteñas.