domingo, 4 de septiembre de 2011

LA RISA DE MI ABUELO ERA IGUAL A LA DEL CHOMPIRAS.


Hace poco, me encontré con unos videos que no veía desde que tenía 5 años y me hizo tanto rememorar las viejas vivencias que pase de niño.
Como siempre digo, nací demasiado tarde, me perdí de muchas cosas: de haber disfrutado a mis abuelos por parte de mi padre, haberlos disfrutado más a mis abuelitos por parte de mi madre, conocer mejor a mis primos o a mis tíos, etc. Pero, Dios sabe porque hace las cosas.
Una tarde me encontré con un viejo video de chespirito, de 1992 cuando se había ido la luz en el hotel buena vista (donde trabajaba el chompiras, la chimoltrufia y el botija) y sound track de aquel programa me hizo recordar las visitas con mi madre a mis abuelos cuando aún estaban vivos.
Recuerdo que en aquellas épocas, América trasmitía los últimos capítulos de chespirito en una edición especial-si se quiere decir así-ya que lo alargaba hasta dos o tres horas, trasmitiendo los mejores capítulos del hotel buena vista. Y así como miles de personas que disfrutaban de esa pequeña maratón, crecí con la famosa cultura Chespirito, con el amor al trabajo que realizaba este actor y que me hacía reír hasta el cansancio.
Cuando niño, mi madre, todos los sábados me llevaba al Porvenir-en épocas de calma-a visitar a mis abuelitos a los que siempre recuerdo. Y aunuque mi madre no se dió cuenta y nunca se lo dije, recuerdo que la risa de mi abuelito era idéntica a la del chompiras y la escuchaba cada vez que conversaba con él. Es más, hasta ahora, luego de 10 años cada vez que escucho reír al chompiras creo escuchar su risa en el tiempo.
Añoro mas esos días soleados y miro los viejos capítulos que no se porque no trasmiten en la televisión. Y la magia de la música, me hace recordar las viejas calles que recorría para llegar a mi destino, ver a mis abuelitos como cada fin de semana.
Hoy se que los tiempos ya no son los mismo y que la vida ha cambiado y que por mas que quiera, llore y patalee para volver a vivir esos bellos momentos, se que nunca los volveré a vivir.
Mucho recuerdo que en las tardes de los sábados, mi abuelita nos hacia un pequeño lonche para recibirnos, aquella chufla con pancito con mantequilla (como decía mi abuelito) era la mejor del munod. Ahora ese recuerdo me pone muy sentimental y me hace ver que aún-a pesar de tantos años de haberse ido-todavía se les extraña.
Quizás mi madre nunca se llegue a enterar de estas cosas porque nunca se lo conté, pero estoy muy agradecido de que cada sábado de mi infancia ella me lleve a ver a mis abuelitos y pueda pasar las tardes con ellos, con mis tíos, y primos, pero más feliz estoy porque siempre los recuerdos con estos capítulos que marcaron una época importante de mi vida.

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