Hoy
es 16 de diciembre. Domingo. Y por una razón hoy parece ser un domingo triste.
Empecé
a sacar cuentas, tome mi calculadora y cometí el error de restar en vez de
sumar. Echado en mí cama, tome la calculadora y reste: 2013 (que es el próximo año)
- 1990=23. 23 años de edad. Nunca me imaginé llegar a esta edad, y creo que
nadie se imaginaba.
Continué
restando en mi cabeza y dije: 30 (años) – 23 =7. Solo 7 años para entrar a la
base 3.
Para
colmo de males, conversando con un amigo de la infancia le mencioné que el
hermano de uno de los 3 ya había terminado el colegio. “Ex alumno, cholo,
alucina!” le dije a mi amigo. Y el comete el error de decirme: es increíble cómo
han pasado los años. “Papá, han pasado los años rapidísimo. Parecía ayer cuando
él salía de su casa para ir al Raimondi y ahora es uno de nosotros. Exalumno”
Ayer que conversaba con él me dijo: “Roberto, ya pues; habla, el otro año nos
vamos a la verbena del colegio, ahora que ya somos exalumnos. Nos vamos los 4,
que dices?”
Hoy
16 de diciembre, me paso una vez más…de repente llega el día en que un niño te
dice: “Señor, me puede pasar el balón?” pero en mi caso dos niñas-de camino al
nuevo piso de mi hermana-fue: “Señor, ¿usted cómo se llama?” Señor? Y ahí me
volví a dar cuenta que era de otra generación.
Le
dije, no no no, yo no soy señor aun soy joven…Pero las pocas canas en la cabeza
me delataban.
Solo
algunos días nos separan del 7 de enero, pero a diferencia de años anteriores
no estoy triste.
Me
siento contento, conseguí cosas que no pensé lograr.
Me
gradué, termine la carrera, estoy trabajando-bueno eso lo hago desde 4 años-conseguí
bastantes cosas de las que me siento orgulloso.
Conversando
con gente mayor, me dijeron: “no te preocupes, es parte de la vida. Luego te
vas a acostumbrar y vas a recibir los cumpleaños de otra manera”
OJALA
ASÍ SEA, OJALA ASI SEA!
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