sábado, 15 de diciembre de 2012

OAX-R2Z



La radio, un medio de comunicación masivo que busca informar, entretener, educar, divertir y sobre todo mantener a la población al tanto de las noticas en el mismo momento de los hechos.
La radio, un medio mágico. Donde las ondas hertzianas se vuelven sonido y estas son percibidas por nuestro sentido del oído y permite imaginarnos las cosas que escuchamos.
Luego de mucho tiempo me volvieron a invitar a una cabina radial y me dio gusto volver a re encontrarme con muchos amigos que hicimos en los años de radio, con los aparatos radiales que sirven para la difusión, las consolas, las lunas que permiten que el sonido sea más nítido, etc. Etc.
Por ser el primer medio de comunicación en donde me desenvolví y me sentí como pez en el agua, siempre me siento cómodo en una silla y un micrófono.
Develando secretos, el amor por la radio nació exactamente en 1996. Cuando mis tíos de Laredo me regalaron una pequeña radio roja con su respectiva antena. Era una radio rectangular, funcionaba a dos pilas, tenía una gran potente salida y era mi compañera en las mañanas de sol de la calle Jorge Chávez.
Por aquellas épocas en casa solo se escuchaba “Radio Mar plus” (y todavía me acuerdo del slogan: Categóricamente superior…hay que rico!) y yo-con aquella imaginación que tenía-convertí la mesa de la cómoda del cuarto de mis padres en una alucinada cabina de radio. Por micro  ponía uno ya viejo que teníamos, la salida de audio era la radio prendida y cada vez que escuchaba una canción la dejaba sonar hasta que terminaba el tema, le bajaba el volumen al radio y me ponía a hablar como si-realmente-estuviera en una cabina radial.
Luego-en la época que mi mamá vendía Yanbal-tuve otra radio como una pelota (roja también) a doble parlante con AM y FM, funcionaba con pilas. Pero tiempo después me toco convertirla a la corriente con un adaptador de cajita azul que me habían prestado.
Tiempo después, conforme uno crece, cambiaron las cosas. Estudiaba, deje los juegos de niño y me propuse terminar el estudio primario y secundario. (Aunque debo confesar que en la primera y en la secundaría-hasta 5 año-era una bestia, sobre todo para los números. Ya habrá oportunidad de contar en otra crónica) Terminado el colegio e iniciado la universidad, volví a retomar el camino de la radio. Primero como narrador de deportes y luego como conductor de programa de rock.
Pero antes de eso, había hecho algo pequeño en radio Diplomad. Algo que me permitió poder entrar con más confianza en este medio radiofónico.
Luego llegó la radio sería, con un programa deportivo que se escuchaba en todo el distrito. Estamos hablando de palabras mayores para lo que hacía. La primera vez, como todas las primeras veces-hasta las patas. Conforme pasó el tiempo, ya la cosa fue diferente y me toco perfeccionar la técnica de locución. Cosa que la he implementado en mi propia vida y que a veces  me hace avergonzar porque cuando en una reunión el único que habla como si estuviera en radio y al que le escuchan con una atención enorme es a mí.
Pues bien, 5 años en radio pasé-casi toda la carrera-tantas cosas, tantos secretos radiales para mantener a la audiencia y tantas trasmisiones, diurnas, vespertinas y nocturnas.
Luego, nos tocó hacer radio en el Valle Chicama. Allí pude conocer como es la realidad de la radio en nuestro país. Y de cómo se tendría que trabajar una emisora, porque una cosa es hacer un programa y otra es mantener una programación. Las instalaciones, trasmisores, calibración, antena, señal de prueba, y tantos otros términos  que son parte del vocablo radiofónico.
Luego nos tocó Lima, Chamba fuerte que supimos mantener y que  nos sirvió de mucha experiencia para el mundo radiofónico.
Eso nos permitió enamorarnos más de la carrera y de la radio.
Finalmente hoy-en estos momentos-tengo dos radio en mi cuarto, uno herencia de mi abuelo en forma de copa-que espero poder arreglarlo-y otro plomo con onda larga y corta.
Y hablando de onda larga y corta, tan enfermo de radio soy que cuando llego a una ciudad nueva lo primero que hago es buscar sus emisoras radiales, porque pienso que en la radio está el sentimiento del pueblo. Y cuando en las noches no tengo sueño, prendó un Discman sintonizo la AM y a lo lejos parece escucharse música y escuchar las cuñas de Radio Guayaquil. Mi madre siempre dice que mi abuelo, antes de ir a trabajar escuchaba radio Caracol de Colombia, me hubiese gustado poder escuchar esa radio en aquellas épocas.
Y para rematar, deje la radio y entre al nuevo mundo de la televisión, donde la imagen vende y donde el sonido es secundario.
Pero el cariño por la radio, siempre estará presente porque fue mi primera casa, donde me desenvolví y donde me enamore de esta carrera.

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