Creo que el mejor año de mi
vida es el 2012, cuando tenía 22 años. Fue el inicio de un final y el final de
un inicio donde conocí lo que significa ser profesional, conocí que la vida
siempre tiene una sorpresa para uno y donde sentí que en mi vida ahora inicia algo
nuevo.
Aunque este 2012 será
recordado más por el tema de los Maya (y como dice el “Piojo” Johansen en una
de sus canciones) luego descubrí que “el calendario Maya dijo: si se mueve todo
el piso, ponte liso y baila el apocalypso” que por cierto muy buen tema.
El 2012 prometía. Un año
antes me sentía feliz porque aprobaba la primera parte de mi tesis en la
universidad y en el pasado verano solo me quedaba la parte más sencilla la que
consistía de entrevistar, preguntar, indagar y realizar mi programa piloto. Que
logré culminar con éxito.
Corrían los meses y me
sentía triste porque sabía que era mi último semestre de estudios. Le decía adiós
a 5 años de esfuerzo y sacrificio de largas caminatas de mi casa a la
universidad, de trabajos grupales e individuales y de muchas alegrías como
también de algunas tristezas.
Con ayuda de colegas,
docentes y algunos amigos pude dar a luz el fruto de mi esfuerzo y de mi
sacrificio. Aunque-en algunas circunstancias no podía terminar en un solo día
con todo mi trabajo, porque-como siempre la madre preocupada, del porque me
quedaba hasta las 2 o 3 de la mañana en la computadora. Ya pues, ¡hombre! Tenía
que terminar de redactar mi tesis.
En julio, me toco la
sustentación. Muerto de miedo-como siempre-me presente ante el jurado. Nunca
olvidaré-lo basura que puede ser la gente a veces-que mi “sustenta” demoró
porque un energúmeno-porque alumno no le puedo decir-de ciclos inferiores se
gastaba la plata de la pensión en juergas y que un buen día su papá-una persona
mayor de edad, de condición muy humilde, con un problema en el habla se acercó
a la universidad a ver como le iba a su “hijito”. Más el pobre se dio con la
sorpresa que el “hijito” no pagaba las pensiones y que la plata que le envía su
hermana-que trabajaba en el extranjero-era despilfarrada por este ser.
Retomando, me presente ante
el jurado. Mi asesor-previamente-me dijo: “Que te pasa, Roberto. Carajo, no te
preocupes. Tu tesis está bien, no te pongas nervioso” mientras que mi profesor
del curso me repetía: “tranquilo, Robert. Ya esta”
Inmensa fue la alegría cuando
luego del debate, el presidente del jurado me dijo: “Visto el expediente….se
resuelve: Aprobar por unanimidad la tesis denominada, Propuesta de periodismo
deportivo, etc., etc., etc.” Emoción total. El corazón me latía a mil por hora,
por fin luego de tanto esfuerzo y sacrificio ahora me dirían Licenciado…gracias;
muchas gracias. No hay de que-so no más de papa.
Luego llegó el bachiller,
Grande viejita…nunca olvidaré cuando me diste los mil doscientos soles que
cuesta la carpeta. Otro recuerdo que llevaré conmigo por el resto de mi vida. Papeleos
van, papeleos vienen, fotito, documentos, etc.
Y el día llegó, Bachiller.
Parilla y toda la cosa. Y nadie le dio un aplauso al asador. Ingratos! Jajajajaja.
Luego llegó la titulación,
por fin se consiguió lo más deseado. Un documento que te diga, Se le confiere
el titulo de Licenciado en Ciencias de la Comunicación a Roberto
Faustino-aunque ya tengo que acostumbrarme a mi segundo nombre-Ríos Zavaleta.
Luego, me sentí feliz que mi
querida profesora Lidia Pérez me llamará para formar parte de jurado en el colegio.
Yo feliz, me sentía que estaba retribuyendo todo el apoyo que mis profes me
brindaron en cinco años de estudio. Sentía que le devolvía a mi colegio, las alegrías,
cursos, consejos, lecciones y todo lo que aprendí en mi viejo San Juan.
Conocí gente nueva, me volví
a encontrar con viejos conocidos, con profesores que ahora son amigos, con
amigos que ahora son canarios.
Aunque también hubo pérdidas,
familiares me dijeron adiós en este año, hubo alegrías. Recién pude saber lo
que se siente jugar en una cancha sintética-nuevo para mí-viaje a mi destino
favorito y lo pienso volver a hacer este 2013. Conocí Chimbote, no como paseo
sino como parte de ver a un familiar que nos dijo adiós.
Me enamoré más del mar, de
la vida a ras de playa. Como decía Micky Gonzales: “en el mar, vamos a pasar en
el mar, yo te quiero más en el mar” Conocí nuevos sabores, me adapte al wiski,
pude hacer cosas que nunca pensé que haría y muchas cosas más.
Pero lo que más me puso
contento en este año fue cuando mi viejo me dijo, te voy a dar lo que siempre
has querido. Vamos a hacer unos trámites y ahora vas a ser propietario. Por
fin, había soñado con ese día y ahora por fin puedo decir, propietario. Ahora
la meta es conseguir lo que siempre anhele en esta vida: ah! que dijeron ya lo
va a decir. Me reservo el derecho de redactar esa parte.
Solo me queda decir,
Dios mio muchas gracias, abuelitos, virgencita de Guadalupe, Señor Cautivo de Ayabaca
y por supuesto mi virgencita de la Puerta, por todas las cosas buenas en este
2012 y que este 2013 siga siendo tan igual o mejor com
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